Los bienes raíces son un facilitador de la actividad económica. Al ofrecer espacios para que las empresas operen, brindan la infraestructura empresarial sin la cual una economía avanzada no podría desarrollarse. Además, los edificios de alta calidad, modernos e innovadores contribuyen a mantener la imagen y reputación de los países como centros de comercio internacional con el objetivo de atraer competencias y capital del resto del mundo, atribuyendo nuevas oportunidades.
Los bienes inmuebles son una fuente de empleo en varias áreas; no sólo para arquitectos, constructores e ingenieros, sino también para asesores legales y financieros, topógrafos, gerentes de instalaciones y todos aquellos que se dedican a la industria de la construcción.
Los inmuebles desempeñan un papel vital en la provisión de infraestructura. Es fácil ver que la infraestructura crea las condiciones para la promoción inmobiliaria, pero no hay que olvidar que se trata de una relación bidireccional. Extensiones de tubos, escuelas, hospitales, etc. son ejemplos de proyectos cuya viabilidad puede depender en gran medida del desarrollo inmobiliario asociado.
Los bienes relacionados con el sector inmobiliario representan una clase de activos atractiva para los inversores institucionales, como los fondos de pensiones, las compañías de seguros y los fondos soberanos de inversión. Esto no sólo maximiza las oportunidades de inversión y los beneficios para los pensionados y los ahorristas, sino que también posibilita la creación de grandes proyectos de regeneración urbana.